Esta vez voy a empezar el artículo poniendo la definición de Wikipedia:
La poiquilohidria es la condición de los organismos que carecen de un mecanismo para regular el contenido hídrico y prevenir la desecación, como son los hongos, algas, briofitas o anfibios. En general, estos organismos no son capaces de vivir en ausencia de agua durante mucho tiempo y se desecan rápidamente, por lo que suelen vivir en ambientes húmedos o acuáticos.
Leído esto, alguien puede preguntar, ¿Qué tiene que ver con los acuarios plantados?, Pues simplemente TODO.
Si hacemos memoria, desde aquellos primeros acuarios holandeses de los años 70 la acuariofilia “verde” lleva más de medio siglo de historia, y hoy día, pese a la inmensa capacidad de comunicar que poseemos, todavía hay conceptos que generan mucha controversia, como por ejemplo el abonado.
Hoy vamos a tratar de esclarecer con la ayuda de la historia y la ciencia porque es más importante mantener un sustrato “alimentado” y controlado, que mantener una columna de agua rica en nutrientes.
Para poder mantener y explicar esta afirmación, vamos a relatar por encima un poco de la historia evolutiva de las plantas, porque con ello se va a ir entendiendo mi afirmación. Vamos a viajar en el tiempo 400-500 millones de años atrás, en esa época lo único “verde” existente eran algas unicelulares que flotaban en el agua. Las plantas que hoy conocemos, son la evolución de esas primeras algas. Estas primeras algas obtenían todo lo que necesitaban, CO2, Agua y Sales minerales de su medio circundante, su “despensa” era la propia agua, una “Sopa” rica en nutrientes que les aportaba a través de la pared celular todo lo necesario para crecer y multiplicarse.
Pero las especies son ambiciosas y siempre tratan de conquistar nuevas “tierras” en las que prosperar, en algún momento, un grupo de células se dirigió a las zonas más remansadas de la orilla donde el nivel de agua era muy bajo, e incluso aparecieron unas pocas que sacaban “la Cabeza” fuera del agua durante las épocas de marea baja o de retirada del agua por las olas. Aquí, en este punto, es donde la evolución paso de Alga a planta. Estas primigenias plantas, vivían en medios con gran disponibilidad de agua, algunas aun completamente sumergidas, otras emergían con las mareas, otras vivían en la línea de costa con los pies mojados y en condiciones de altísima humedad ambiental. Hoy, estas primeras plantas y sus evoluciones las englobamos bajo el término Briófitas (para nosotros musgos y hepáticas principalmente). Estas primeras Briofitas evolucionaron generando un mecanismo para controlar el agua de sus células y no perderla cuando se encontraban fuera del medio acuático. Esto es el inicio de la Poiquilohidria, una muy rudimentaria y poco efectiva, pero les permitía medrar y expandirse en las zonas anexas.
Vaya, según esto, algo que paso hace 400 millones de año y que hoy día afecta también a nuestras plantas “acuáticas”, empieza a parecer relevante. Es seguro que esto debe marcar alguna diferencia entre plantas sumergidas y plantas emergidas....
El siguiente paso de aquellas primeras plantas que tenían la “cabeza “fuera del agua era evidente, había que obtener el CO2 del aire. El aire tiene una “despensa” mucho mayor de este elemento que el agua. En el aire tenemos concentraciones de hasta 400ppm CO2 frente a las 30 o 40 ppm que podía y puede haber en disolución el agua. Guau, Imaginad que “chute” de energía y capacidad aumentar en 10 veces la disponibilidad de tu fuente de Carbono, era un salto increíble que les permitió crecer, reproducirse y alejarse cada vez mas de la orilla hacia lugares más secos fijándose en el sustrato por medio de unos arcaicos rizoides que aún podemos ver en muchos musgos hoy día. Pero este cambio, este alejamiento del agua les obligaba también a mejorar sus sistemas de perdida de agua ya que el ambiente era cada vez mas seco y a buscar formas de obtener más nutrientes del agua o de la tierra húmeda. Es justo aquí donde aparecen los primeros sistemas radiculares, las primeras raíces, la mayor disponibilidad de CO2, permitía consumir mas minerales, pero para conseguirlos el medio líquido ya no era suficiente, necesitaban extraerlo de la piedra, del sustrato. Estas raíces les servían primeramente de anclaje, pero su principal función era coger alimento del fondo, del sustrato y alimentar a la planta.
Gracias a la capacidad de obtener nutrientes y Co2, las plantas tenían la posibilidad además de crecer en tamaño, para ello tenían que modificarse para trasladar ese alimento que obtenían por la raíz hacia el resto de la planta, pues la parte aérea, ya no obtenía dichas sales del aire. Esta fue la evolución mas importante porque se crearon una serie de canales internos, algo así como nuestras venas y arterias, que permitían movilizar los nutrientes desde la raíz a toda la planta, lo que hoy conocemos como Xilema y Floema.
El Xilema son los conductos que llevaban las sales minerales y el agua desde la raíz al resto de la planta, Pensad que ya no está sumergida y la planta al estar alejada de la humedad, necesitó desarrollar complejos sistemas poiquilohídricos para no perder agua de las hojas.
Por otro lado apareció el Floema, este son los conductos primos de los otros que llevan los azucares ya procesados en la fotosíntesis de las hojas, al resto de la planta. El ciclo estaba completo y fue tan exitoso que rige hasta nuestros días.
La aparición de raíces, de tallos y de esos canales para alimentarse se genera lo que para nosotros es la primera gran división del mundo vegetal, Plantas no vasculares y vasculares.
Las primeras, las plantas no vasculares, con sistemas rudimentarios o casi nulos de retención de agua (por ejemplo, un musgo como el Vesicularia Ferriei), y las segundas, las plantas vasculares, con grandes capacidades de retención, almacenamiento y aislamiento para no perder agua interna (Pensemos en un árbol del parque). Esto nos dice y explica porque una planta con gran sistema radicular, como una Cryptocoryne o una Echinodorus cualquiera, que además sabemos que viven y desarrollan su mayor potencial fuera del agua, tienen un sistema de control de pérdida de agua (Poiquilohidria) muy alto.
Según esta primera división, ya podemos hacer una división paralela de nuestras plantas de acuario en función de donde cogen sus nutrientes minerales. Por un lado las plantas no vasculares, es decir, los musgos, que obtienen los minerales de la columna de agua. Por otro lado, las plantas vasculares, que son la inmensa mayoría y cogen su alimento del sustrato……Esto segundo no es cierto del todo pues las plantas invadieron todos los medios disponibles, y es donde entra en juego para entenderlo lo que ya definimos en otro artículo como Biotipos. Los biotipos los dividíamos en tres grupos:
Biotipo 1: plantas acuáticas puras. (Criptófitos/ hidrófitos)
Biotipo 2: Plantas acuáticas de desarrollo mixto (acuática / inundada). (hidrófitos/ helófitos)
Biotipo 3: Plantas inundables. (helófitos)
Biotipo 1: Plantas acuáticas puras. Estas por regla general son fáciles de identificar, todas ellas tienen sistemas radiculares limitados, pequeños, filamentosos y débiles, son plantas muy frágiles que fuera del agua no se sujetan de pie y sobre todo se secan en un par de minutos. Como han evolucionado dentro del agua y su ciclo de vida siempre fue y es sumergido, no tienen buenos sistemas poiquilohídricos para el control de la perdida de agua. Estas plantas pueden coger nutrientes del sustrato, pero también lo pueden hacer de la columna de agua, algunas las podemos usar flotando, sin enraizar y prosperarán sin problema (ceratophyllum, Egeria…) Ahora bien, no es la norma general, no les pasa a todas, pensad en las comunes vallisnerias, estas cumplen todas las condiciones de una planta acuática, son acuáticas estrictas pero necesitan de un sustrato para crecer y desarrollarse. Así pues, podemos concluir que para estas plantas, tan importante es mantener la columna de agua alimentada, como mantener el sustrato.
Biotipo 2: Plantas acuáticas de desarrollo mixto. Aquí tenemos muchísimas, la gran mayoría de ellas tienen dos morfologías totalmente diferenciadas, una emergida y otra sumergida (Hygrophilas, Rótalas, Ludwigias…) Todas estas plantas de tallo se comportan de manera diferente en función del estado en el que se encuentren. En su forma sumergida son relativamente frágiles, tienen sistemas radiculares complejos pero no exagerados y con filamentos no muy anchos pero cuando las sacas del agua se deshidratan con facilidad. Esta deshidratación es mas lenta que en las plantas acuáticas puras, debido a unos mejores controles de la perdida de agua. Esto indica que necesitan de un sustrato por el que alimentarse, porque aunque pueden consumir sales minerales de la columna de agua a través de las hojas, por si solo no les permite progresar, solo mantenerse durante periodos cortos de tiempo. Por tanto, para este tipo de plantas es importante mantener un suelo bien nutrido y algo de alimento en la comuna, pero en menor medida.
Aquí la cosa cambia cuando la planta comienza a desarrollar la forma emergida. La planta aumenta de tamaño su sistema radicular (es fácil verlo), se vuelve mas rígida para poder sobresalir de la superficie del agua, aumenta la sección de sus tallos y fortifica sus canales de alimentación internos, además, aumenta su capacidad poiquilohidrica para no perder el agua de las hojas que se alejan del agua, en este estado la nutrición es 100% radicular.
Biotipo 3: Plantas inundables. Aquí no hay duda, los tejidos son firmes, los sistemas radiculares grandes, y la capacidad de intercambio a través de la hoja mínima o nula. No hay duda alguna, su nutrición es 100% radicular. Si pensamos esto hay decenas de plantas, cientos de ellas que pertenecen a este grupo como son las Glossostigma, Anubia, Cryptocoryne, Echinodorus, Bucephalandra, Hemianthus…), plantas que mantenemos en una “sopa” de nutrientes que de nada les sirve, pues solo pueden aprovechar lo que llega a sus raíces útiles, no a los ápices destinados a anclaje.
Podemos por tanto concluir que alimentar el Sustrato es fundamental para la gran mayoría de nuestras plantas, alimentarlo de manera controlada y con aquello que conocemos que no es soluble y si aprovechable. Hemos de cambiar en parte nuestra actitud de mantener solo la nutrición en columna, pues allí, no es 100% útil, y tampoco sabemos como se trasladará a nuestro sustrato, si se acumulará como partícula estable fuera del alcance de nuestras plantas, o si alterará el equilibrio posteriormente. Es un sistema poco sostenible y nos obliga a gastar cantidades ingentes de agua y nutrientes que rápidamente se desestabiliza, hemos de cambiar nuevamente el "Chip".