Todos, más o menos,
tenemos una idea aproximada de a que nos referimos cuando escuchamos hablar de
pigmentos. En el ideario popular, los pigmentos son esas “cosas” que le dan
color al mundo, y de manera muy simplificada, efectivamente son eso. n este
pequeño y humilde artículo, voy a detenerme un poco más en ellos, especialmente
en lo referente a las plantas acuáticas (no a las flores, ni a sus frutos),
para poder entender mejor que son, y cómo funcionan.
fotosintética activa (RFA). La RFA es la sensibilidad de una planta a absorber la luz, la gráfica que acompaña, es la de una planta de hoja verde, por ejemplo, una Sagittaria subulata. Es importante entender que la RFA NO ES IGUAL PARA TODAS LAS PLANTAS, en muchos casos ni parecida. Una planta roja absorbe mucho del espectro verde y refleja el naranja y rojo, por tanto, su grafica no se parecerá a esta. Este concepto es uno de los primeros “desconocidos” que veremos aquí y que nadie tiene en cuenta. Afortunadamente, las plantas son terriblemente adaptables a la luz que reciben, mas de lo que podemos imaginar.
Por definición, y
centrándonos ya en el tema que nos ocupa, los pigmentos son unas
sustancias que producen las plantas y que hacen que nosotros las veamos de
determinado color. Cuando hablamos de pigmentación, deberemos de entender que
no todo color depende de pigmentos, y es aquí cuando desmitificamos lo dicho al
principio, es decir existe una coloración estructural que se produce
como consecuencia de la refracción de la luz sobre una suma de capas de
material. Diferenciar una coloración estructural de una producida por pigmentos
biológicos es sencillo, el color estructural varía según nuestro punto de
vista, es decir, si cambiamos nuestra posición con respecto al objeto, el color
sufre variaciones (se aclara, oscurece, brilla, se vuelve mate…), mientras que
el producido por un pigmento biológico, que solo lo producen organismos vivos,
permanece inalterado. Esto es debido a la refracción de la luz sobre las
diferentes capas del material, la cual produce esos efectos de variabilidad.
En las plantas los pigmentos en general, cumplen diversas funciones, entre ellas atraer a los insectos a las flores para conseguir la polinización, pero eso en un medio sumergido como el nuestro, es poco útil, por lo que debemos empezar diferenciando entre pigmentos fotosintéticos y no fotosintéticos.
Nuestro medio de referencia es el agua, y dentro de él, la
parte sumergida de la planta, por lo que excluiremos los pigmentos de las
flores o frutos y nos centraremos en los pigmentos fotosintéticos de la hoja,
que son los que nos van a permitir entender el crecimiento y desarrollo bajo el
agua de nuestras plantas
Los pigmentos fotosintéticos son, como se puede deducir, aquellos que pueden absorber la energía de la luz para usarla en la fotosíntesis de la planta.
LUZ + CO2 +MACRO Y MICRONUTRIENTES INORGÁNICOS =
CARBOHIDRATOS ORGÁNICOS+ O2
Como ya sabemos, la fotosíntesis es, dicho de manera sencilla,
el método que utilizan las plantas para fabricarse su alimento orgánico a
partir de materia inorgánica, utilizando la energía de la luz y el CO2
y dejando como “residuo” en el proceso el preciado oxígeno (O2). Este
proceso se realiza por medio de pigmentos verdes, rojos, naranjas y amarillos
que dividimos en cuatro grandes grupos: las clorofilas, los carotenoides,
las antocianinas y las ficobilinas.
1-Clorofilas
Las clorofilas, del griego Chloros +
Phyllon (verde + hoja), son un grupo de pigmentos del que todo el mundo ha
oído hablar, evidentemente, de color verde. Están presentes en todos los
organismos eucariotas que contienen cloroplastos, como son nuestras plantas (organismos
más complejos y con núcleo celular) …. y también en algunos procariotas como
nuestras amigas las algas y Cianobacterias (más simples estructuralmente y sin
ese núcleo). La molécula de clorofila es fácil de identificar y tiene dos
partes bien diferenciadas. Una especie de cabeza que podemos llaman anillo (que
si alguien quiere profundizar más es de porfirina) y otra en forma de cola.
La que nos afecta de manera directa es la parte del anillo, primero porque es
la parte encargada de absorber la luz, y segundo por la presencia de magnesio
(Mg) y nitrógeno (N). ¿Por qué esta segunda parte? Porque es la explicación de
una clorosis completa. La ausencia de uno o ambos elementos en las hojas verdes,
es decir, su carencia, es lo que conocemos como “clorosis”, la planta se
“aclara”, pierde su pigmento verde. La carencia de nitrógeno (N), Magnesio
(Mg), o de ambos a la vez, hace que la planta no pueda sintetizar clorofila y
frena su desarrollo al no poder producirse su propia comida (no hay fotosíntesis).
En este sentido,
a nosotros como acuaristas de agua dulce en el cultivo de plantas, nos
interesan ambas clorofilas, quizás un poco más la clorofila a, debido al masivo uso de plantas que no
son puramente acuáticas. (en acuarios marinos la situación es
diferente). Entonces, ¿Qué luz es la adecuada para que estos pigmentos, estas
clorofilas a y b,
funcionen al 100%. La respuesta la encontramos en la siguiente gráfica:
Conocer el
espectro de absorción de la clorofila y el de emisión de nuestra luminaria, nos
permite, en acuarios específicos de herbívoros, “jugar” con la luz a fin de
buscar el crecimiento de determinadas clorófitas. Pero más allá de eso nos
indica que hay plantas con mayor capacidad de aprovechamiento de la luz, con más
clorofila a, y plantas con
menos capacidad de aprovechamiento, con menos clorofila a, mayor cantidad de clorofila a significa mayor capacidad de procesamiento, “dos clorofilas a, procesan más que una”. Este es el principal motivo por el
que determinadas especies de plantas que nosotros utilizamos en nuestros
acuarios, necesitan más cantidad de luz que otras, porque tienen menor
presencia de clorofila a,
debido seguramente, a que, en su evolución, se orientaron a lugares muy
expuestos a la luz (Micranthemun callitrichoides “cuba”). El caso
contrario, tener mayor presencia de clorofila a, se debe seguramente a una evolución de la
planta en lugares menos luminosos (Las aguas llenas de taninos y a la sombra de
muchas cryptocoryne). Pongamos un ejemplo de dos plantas que en teoría
deberían de comportarse de manera parecida ya que ambas comparten biotipo, son
flotantes. Un sencillo estudio donde se hacen crecer en el mismo acuario y bajo
las mismas condiciones de luz, agua y nutrientes dos especies, la Eichornia
Crassipes y la Pistia Stratiotes. SI analizásemos su composición en
clorofilas en disolución alcohólica, obtendríamos como resultado que la Eichornia,
en estado normal, tiene algo más de 7 microgramos/ litro de clorofila a, mientras en la Pistia, la
concentración es de 15 microgramos/ litro. Sin hacer esta prueba, el color de
ambas ya nos da una pista, el verde más oscuro y profundo de la Eichornia
nos dice que posee, en comparación, poca clorofila a en sus pigmentos, lo que indica que vive en zonas
muy expuestas a la luz. La Pistia, verde, pero mucho más pálida tiene
mayor concentración de clorofila a, seguramente porque vive en zonas más
cubiertas o con menor cantidad de luz. Es importante saber, que la planta
puede, en caso de necesidad, enfermedad, contaminación del medio etc., ambas
pueden aumentar la cantidad de clorofila a,
b o cualquier otro pigmento, y bajarla después, pero siempre tendrá un
umbral mínimo.
No obstante, alguien podría recordarnos que
hay plantas que pueden desarrollarse perfectamente en ambas condiciones, alta
intensidad luminosa y baja intensidad luminosa, un ejemplo claro en nuestros
acuarios son las Anubias sp. Esto es debido a otro curioso fenómeno,
algunas plantas tienen la capacidad de alterar la posición de su “receptores”,
es decir, además de aumentar o disminuir el número de pigmentos receptores, pueden
acercar o alejar de la pared externa de la hoja sus cloroplastos. Estas
plantas, en bajas condiciones de luminosidad, son capaces de colocar sus “antenas
de captación de luz”, en la parte más externa de la hoja, consiguiendo de ese
modo un mayor aprovechamiento de la luz disponible, en cambio, si las
condiciones cambian, y la cantidad de luz se incrementa, pueden retraer esos
sistemas a zonas más profundas a fin de desarrollarse sin sufrir daños. Estas
plantas, generalmente poseen colores más oscuros y profundos en baja
luminosidad y se aclaran al aumentarla, pues cambian la proporción entre ambas
clorofilas el pigmento receptor, más claro, se aleja del exterior.
2-Carotenoides
Los carotenoides
son otros de los pigmentos fotosintéticos muy comunes y numerosos en las
plantas, además de algas y algunas bacterias, que desempeñan, en lo que a
nosotros interesa, dos funciones. En primer lugar, trabajan como antioxidantes
en defensa de la planta ante situaciones estrés, es decir, cuando la planta se
siente amenazada por alteraciones en su entorno, aumenta la síntesis de estos
pigmentos para proteger sus tejidos. La segunda función es como pigmento
accesorio en las redes de captación de luz de la fotosíntesis. Al igual que
vimos con la clorofila b, estos pigmentos ayudan a la planta a absorber las
longitudes de onda a las que no llega la clorofila. Visualmente, estos
carotenoides son los principales responsables del arco de colores naranjas y
amarillos de muchas de nuestras plantas. Una planta de hoja amarilla o
anaranjada lo es porque sintetiza mayor cantidad de carotenos que de clorofila,
y por lo tanto predominan los colores amarillos y naranjas sobre los verdes.
Los carotenoides, por ser muy numerosos, tienen una clasificación algo compleja, a saber: éteres, Alcoholes, cetonas, hidrocarburos, etc.…, y pese a su variedad, como nota curiosa, los animales, no pueden sintetizarlos por sí mismos, y deben de incluirlos en la dieta. Para nosotros, en lo referente a los acuarios y sus plantas, no es necesaria tanta especificidad en la clasificación y los podemos reducir a dos grupos básicos:
-Carotenos: Carotenoides no oxigenados, pigmentos naranjas.
-Xantofilas: Carotenoides oxigenados, pigmentos amarillos.
Para nosotros lo
importante es saber que los carotenos son los responsables de los tonos
anaranjados y las xantofilas de los tonos amarillos. En general, son los
responsables de los colores que van del amarillo pálido al rojo oscuro (esto
último en frutos y flores) y esto depende en su composición del número de
enlaces dobles conjugados. Estas moléculas, a diferencia de la clorofila que
lleva en su estructura nitrógeno (N) y magnesio (Mg) están compuestas
únicamente por carbono (C), hidrógeno (H) y oxígeno (O). Solo como curiosidad,
a más enlaces dobles conjugados, más anaranjado, y a menos enlaces, más
amarillo.
El espectro de
absorción de los carotenos y xantofilas, complementa al de la clorofila,
aumentando la posibilidad de absorción en la zona baja-media del espectro
visible entre los 380 y 530nm, que incluiría la zona verde, reflejando la zona
que va del amarillo al rojo. Ojo existen carotenoides como el Licopeno que, si
reflejan el color rojo oscuro, pero los encontramos en los frutos más que en la
propia planta, por lo que, para nuestro entorno acuático sumergido, hemos de
excluirlos y quedarnos con los carotenos y las xantofilas. Observando la
gráfica de absorción de ambos vemos que es tremendamente parecida, casi
podríamos decir que iguales, y en ella se observa una capacidad de absorción
entre 380 y 480nm, reflejando desde ahí, toda la parte derecha del espectro, todas
las gamas que van del amarillo al naranja.
Por otro lado, y
como ya hemos comentado antes, los carotenoides tienen una función antioxidante
actuando como pigmentos de segundo orden en la fotosíntesis cuando las plantas
sufren una situación de estrés. Bajo estas condiciones la proporción entre
clorofila y carotenos varia pues la planta comienza a sintetizarlos en gran
número para proteger los tejidos. Esto es muy fácil de reconocer en nuestros
acuarios en la parte alta de muchas plantas. C
Cuando llegan cerca de la superficie, algunas especies como
la Hygrophila polysperma, oscurece la parte superior de las hojas cogiendo
un precioso color dorado, anaranjado. Esto mismo sucede con muchísimas otras,
es un fenómeno común reflejo, en este caso, de este aumento de carotenoides
para proteger esa zona de la planta de una iluminación muy intensa, mucho
mayor, que la que se produce en el resto de la planta.
En acuarios con
bajas cantidades de N y de Mg, la planta tiene dificultades para poder
sintetizar Clorofila, pues necesita de ambos elementos y en caso de escasez le
son más útiles en otras funciones de consumo, en ese momento la planta entra en
clorosis. Si en esa misma planta se da el caso de la presencia de carotenos o xantofilas,
la planta los sintetizará en grandes cantidades para poder usarlos como
receptores lumínicos sin gasto en N o Mg ante la perdida de Clorofila. Es por
esto, que, en esos casos, determinadas plantas potencian sus colores
secundarios en medios pobres en N.
3-Antocianinas
Los terceros pigmentos a los que vamos a hacer referencia son las antocianinas, quizás mis preferidos y seguramente los más desconocidos en su comportamiento, pero eso lo iremos viendo poco a poco.
Las antocianinas son un grupo de pigmentos flavonoides muy difundido en el reino vegetal, hay más de una veintena identificada. Identificadas desde el siglo XIX gracias a la col Lombarda, son las encargadas de que nuestras plantas luzcan amarillas, naranjas, rojas, azules o moradas. En esta reproducción de colores podemos ver que al igual que los carotenoides, son capaces de darnos colores amarillos y naranjas, la diferencia entre ellos, carotenoides y antocianinas, es que el abanico de colores de estas últimas es muchísimo mayor. En el reino vegetal, como ocurre con los carotenoides, son especialmente comunes en frutos y flores, pero también son las responsables del color rojo de árboles espectaculares como el Arce japonés y de las impresionantes vistas de un bosque caducifolio en otoño. En esta época del año la clorofila desaparece de las hojas y la pérdida de un solo átomo de oxígeno (O2) en algunos pigmentos flavonoides incoloros, los transforma en antocianinas, dando a los árboles, la paleta de colores otoñales.
4-Ficobilinas
Por último, este es un pigmento que aparece en algunas publicaciones sobre plantas, pero que no encontraremos en ellas. Siempre debemos de asociarlos en nuestro caso a las algas rojas (rodophytas).
Son básicamente 2, las Ficocianinas y las ficoeritrinas, las primeras presentan un color morado-azulado, y las segundas rojo-rosado. Estos pigmentos son secundarios en las redes de captación de luz y sustituyen en las algas las redes de clorofila b de las plantas verdes. En su composición, al igual que en la clorofila encontramos Nitrógeno (N).