¿Pero tenemos
que abonar las plantas en un acuario? Ni os imagináis la de veces que se
pregunta esto en una tienda de acuariofilia. De entre todos los enigmas que
podemos encontrarnos en acuariofilia este es sin duda el más complejo, tanto,
que me atrevería a decir que la mayor parte de los profesionales del ramo (al
menos de los que yo personalmente conozco, y no son pocos) no conocen los
diferentes procesos básicos de consumo e interacciones que se producen dentro
de la urna, no alcanzan a comprender como tratarlos, y lo más grave, tampoco se
les ve intención de hacerlo. Hace relativamente pocos años, menos de 20,
recuerdo perfectamente las discusiones en reuniones de amigos y después en
foros de acuariofilia sobre cuál era la forma correcta de abonar nuestros
acuarios plantados, o lo que nosotros entendíamos entonces que era un acuario
plantado. Entonces, prácticamente no sabíamos nada, teníamos muy poca
disponibilidad de luz y el CO2 era un “gas mata-peces”, pero aprovechando la
poca información que teníamos de nuestros vecinos del norte, especialistas en
lo que llamábamos acuarios holandeses, se llegaron a una serie de conclusiones
que a día de hoy siguen totalmente vigentes. En este caso concreto yo he empezado titulado el artículo abonado en “low tech”, pero sus fundamentos son los mismos por
lo que se rige cualquier acuario independientemente de la cantidad de luz y CO2
que tenga.
(Mi pequeña charca en el año
2004)
Cuando
hablamos de abonado tenemos que entender qué es el “Equilibrio”. El equilibrio es el punto exacto en que todos
los factores físicos y químicos que afectan en el acuario al desarrollo vegetal,
hacen que nuestras plantas funciones y se desarrollen de manera óptima, sin
desviaciones que permitan una ralentización en el crecimiento, deformaciones,
carencias o el desarrollo de nuestras amigas las algas. En este equilibrio
entran tres factores fundamentales:
-Luz.
-CO2.
-“Nutrientes”.
Tanto
la luz como el CO2 son factores que ya hemos tratado en otros artículos, pero
como resumen digamos que a más luz necesitaremos más CO2 y nutrientes y CO2
podremos añadir, en tanto no nos afecte demasiado reduciendo el Ph ni provoque
la asfixia de nuestros peces. De todas formas, creo que la mejor forma de poder
entender el abonado es mediante un ejemplo con casos prácticos, así que nos
vamos de compras…
Supongamos que
acabamos de adquirir un precioso acuario de 100 litros, un fantástico Eheim Aquastar 96 que queremos convertir
en un acuario plantado pero con bajos requerimientos de luz y sin invertir en
CO2. Bueno, entonces sabemos que nos enfrentamos a un acuario tipo “low tech”.
Nuestro acuario de 100 litros trae de serie un fluorescente tradicional de 15w
y unos 1350 lm, por lo que la luz con la que vamos a contar es de apenas 0.15w/ litro o 14lm/ litro, es decir, muy
poco.
(https://www.eheim.com/es_ES/productos/acuarios/Sets-de-acuarios/aquastar-96_negro)
Para este tipo
de acuario, si bien existe un buen abanico de plantas que podemos mantener,
hemos de ser conscientes que el desarrollo de las mismas va a ser lento, y nos
va a costar muchos meses llegar a establecer una plantación “digna”. Con 18w y
sin CO2 nuestro factor limitante va a ser evidentemente la luz. Esta luz es el
“acelerador” que hace consumir a nuestras plantas, y aquí el acelerador lo
apretamos poco, por lo que el consumo será escaso. El CO2 disponible en el
medio dependerá de los valores de Ph y Kh que nosotros tengamos, ya que estos
valores son los que limitan la capacidad de disolución de este gas en el medio
acuoso. Estos valores están reflejados en tablas que todos en algún momento hemos
visto en fotografías y foros y si bien son reales, a la hora de la verdad
tampoco debemos obsesionarnos con ellas, la realidad nos dirá donde nos
encontramos. En resumen en estas tablas nos cuentan que a mayor Ph, cuando
aumentamos el Kh, tenemos mayor cantidad de CO2 disponible.
Nuestro acuario cuenta con un agua más o menos
neutra, es el agua de la red, no vamos a complicarnos, en torno a 7.2 de Ph y 4-5º de Kh, suficiente para mantener el medio
estable, por lo que nos moveríamos, supuestamente dentro de la zona naranja de
la gráfica antes mostrada, y digo supuestamente porque al no introducir CO2
siempre estaremos por debajo de los niveles de saturación a esas condiciones de
Ph y Kh. Cuando hemos montado el acuario, hemos decidido que vamos a poner un
sustrato nutritivo, porque aunque el acuario cuenta con poca luz, la idea es
poner tanta planta como sea posible, sin dejar espacios libres en el suelo del
tanque, y según hemos leído por ahí, para estos casos tener algo de “comida” en
el suelo puede ayudarnos. Luego hemos puesto unas “piedras y palos” y hemos
plantado el acuario “a tope” con plantas que nos han dicho que van bien en
situaciones de poca luz. Hemos conectado el filtro, puesto el termostato y a
funcionar…. Como hemos puesto mucha planta y nos han dicho que tenemos que
ciclar el acuario, vamos a esperar unas semanas hasta meter los primeros
peces. Durante este periodo de tiempo, además de madurar los filtros con los
productos que nos vendieron, nos aseguramos que nuestras plantas van a enraizar
de manera correcta.
Con nuestra
escasa luz y sin CO2 las plantas tardarán una primera semana en dar síntomas de
aclimatación, exceptuando plantas como Ceratophyllum
demersum, Egeria densa y las
flotantes como lenma minnor, pistia
stratiotes, etc, cuyo tiempo de
adaptación es muy rápido, pero a partir de la segunda o tercera semana ya
veremos que prácticamente todas empiezan a crecer. En este intervalo de tiempo
no habremos abonado nada. El sustrato ya se habrá encargado de hacerlo por
nosotros, y nuestro trabajo se limitará a controlar los valores del agua y
estar atentos a la aparición de posibles algas (que aparecerán). Durante este
primer mes soy partidario de realizar cambios de agua algo más fuertes de lo
habitual, de esa forma me evito, entre otras cosas, controlar demasiado el
acuario, pues ya sé que tendrá los valores del agua de red, y además me aseguro
que todo lo que libere el sustrato va a estar controlado dado que cada pocos
días voy a resetear la columna de agua forzándolo a expulsar nutrientes, y
obligándole a llegar antes a su punto de equilibrio con mi agua. (Esto es igual
para acuarios tipo high o low tech). Mi rutina de cambios es la siguiente:
-
Durante los primeros 10 días cambios de entre el
40-50% cada dos días, los días 2-4-6-8 y 10.
-
Luego tres cambios de agua cada tres días, los
días 13-16 y 19.
-
Después otros tres cambios cada 4 días, los días
23-26 y 29.
-
Y después cambios de agua semanales aspirando el
agua del fondo de manera superficial para retirar todo el sedimento que pueda
sin afectar a las plantas.
Durante este
tiempo ya han empezado a surgir los problemas con las algas, especialmente a
partir de la segunda semana y esta será nuestra primera pista para encontrar el
equilibrio. Nosotros contamos con un sustrato que “gracias a la gran dosis de
información de los fabricantes” (nótese la ironía), no tenemos ni idea de qué
contiene, ni cómo se comporta, así que debemos de estar atentos a nuestras primeras
algas, las cuales serán las que nos avisen de las reacciones de nuestro
acuario, pero para entenderlas, hemos de comprender la “otra pata” del
equilibrio, los nutrientes.
Los nutrientes
yo los divido en tres grupos.
-N, P, K. (Macronutrientes).
- Fe
- S, Al, Ca, Mg, Mo, V, Zn, B…
(Micronutrientes).
Los macronutrientes son los que nos van a dar las principales pistas sobre lo que ocurre
dentro del equilibrio de nuestro acuario. Por su cantidad en la disolución y
por su volumen de consumo, son los responsables de la gran mayoría de los
desequilibrios que se producen dentro del acuario. El nitrógeno (N) lo trabajaremos en forma de
NO3 (nitrato), claro que las plantas pueden consumir este N en otras formas,
pero para nuestro control, esta es la forma que nos interesa controlar. El P
(Fósforo) lo trabajaremos en forma de PO4 (fosfato), y ocurre igual que con el
N, puede tener variedad de combinaciones, puede ser orgánico e inorgánico….,
pero nosotros nos quedaremos con los fosfatos inorgánicos., que son los que
podemos medir. El tercero en discordia es el K, y en mi opinión está algo sobrevalorado.
Nunca lo he medido, y sé que existen test para ello, pero da la casualidad que
nunca me ha hecho falta. Entre las plantas que actúan como buenos marcadores de
su exceso y el parón en el acuario cuando falta, no es difícil de controlar. El
potasio es el único de los tres macros que no provoca la aparición de algas por
exceso, lo que provoca es un retorcimiento de los brotes nuevos de las plantas.
Por lo tanto, bajando un poco la dosis desde ese punto, ya sabemos que tenemos
el K necesario. La forma de añadirlo generalmente es por medio de Nitrato
potásico (KNO3) o de sulfato potásico (K2SO4)... Lo que si he visto, es que
echando mucho menos de lo que se considera normal en los estándares del
equilibrio, el acuario sigue funcionando perfectamente. El déficit de K por su
contra sí que afecta de manera importante al desarrollo vegetal. Éste es
necesario para el funcionamiento interno de la planta, para la síntesis de enzimas,
para el transporte interno y sobre todo para el consumo de N por parte de la
planta. Sin K. la planta no puede consumir N. Desde siempre se ha dicho que el
equilibrio entre estos macro nutrientes es el conocido 10:1:10, es decir 10mg/
litro de NO3, 1mg/ litro de PO4 y 10mg/ litro de K. (10NO3-1PO4-10K). Este valor es muy
interesante en principio, pero no es un dogma de fe, cada acuario responde de
maneras muy diversas a lo largo de su vida, por lo que debemos de ir
modificando este valor a lo largo del tiempo, si bien, como punto de partida es
apropiado.
El Fe es un
elemento que siempre ha de estar presente pues es fundamental, entre otras
cosas, en la formación de clorofila, pero cuyo valor se encuentra muy por
debajo del de los macro nutrientes. Se dice que el adecuado está en torno a 0.25-0.5mg/l
aunque esto vuelvo a repetir es muy relativo. Su déficit provoca lo que se
conoce como Clorosis férrica y se
aprecia por que las hojas palidecen poco a poco volviéndose amarillas. Al
principio esto ocurre entre los nervios de la hoja y en los casos más severos
se extiende a toda la hoja, incluidos los nervios. Para verlo nos hemos de
fijar en los nuevos crecimientos, los cuales serán los encargados de mostrarnos
este déficit. El Fe que añadiremos a nuestro acuario lo haremos en forma de
quelato EDTA, ya que bajo esta forma el hierro trivalente (Fe 3+) es aprovechado por las plantas. Normalmente
la planta se “alimenta del hierro bivalente (Fe 2+), pero este es rápidamente
transformado a Fe 3+ en el agua. Como tal no es asimilado por las plantas y
precipita como hidróxido férrico quedando fuera del alcance de las plantas pero
no de las algas. Hay otros factores a tener en cuenta y que rompen la ley del
0.25-0.5mg/ litro como el Ph del agua, la presencia de PO4, de magnesio (Mg),
de cobre (Cu) o de zinc (Zn), pues a Ph
alcalinos, el hierro esta a menor disposición de la planta y los otros
elementos interaccionan o bien precipitándolo o produciendo su inhibición. Por
otro lado el exceso de Fe es toxico para los peces y para las plantas, es más,
por encima de los 2-3mg/litro puede llegar a ser letal en la mayor parte de los
peces, dándose casos de toxicidad a valores mucho menores. La forma que yo uso
para controlarlo es siempre la misma, evito su uso si no veo clorosis, y evito
la aparición de algas oportunistas por un exceso de Fe. Muchas de ellas, como
las Barba, pincel o algunos tipos de Rojas, son perfectamente atribuibles al
exceso de este elemento. Dicho esto, cabe decir que no introduzco Fe durante
los primeros tres o cuatro meses de vida de un acuario tipo Low tech, y al
menos tardo 2 en hacerlo en un High tech, salvo aparición de cierta clorosis.
Los
micronutrientes son si nuestra rutina de cambios de agua es semanal en torno al
40-50% simplemente me olvido de ellos. Solo en el caso de acuarios High tech
con plantaciones extremas de plantas de mucha estructura puede que necesites
alguna vez aditarlos, pero por lo general, te puedes olvidar de ellos,
especialmente en los acuarios tipo Low tech. En algunos casos veréis que tanto
el Ca como el Mg son considerados por algunos autores como macro nutrientes….
Explicada esta
“tercera pata” del equilibrio, ya estamos en disposición de entender el
comportamiento de las algas, las cuales nos ayudan a entender cuál es el
desequilibrio que está produciendo en nuestro acuario. De estas tres patas de equilibrio, dos de ellas son
fijas, Luz y CO2 y solo la tercera es variable, y es con ella con quien
trabajaremos principalmente para solucionar los desequilibrios.
Durante los
primeros días suele ser normal la aparición de algas Diatomeas, en forma de un
polvillo marrón que lo cubre prácticamente todo, pero que con el tiempo,
semanas, si cuidamos la limpieza, los cambios de agua etc., desaparecen. Con un
sistema de cambios de agua como el explicado anteriormente es raro que
aparezcan, y si lo hacen es en tan pequeña cantidad que podemos olvidarnos de
ellas, ya que la rutina de cambios las acaba por erradicar en pocos días.
En el caso de
que lo que nos aparezca sean clorophytas
unicelulares como las algas punto,
el medio nos está diciendo que la cantidad de NO3 está por encima de lo
necesario para un correcto equilibrio. Esto significa dos cosas, o bien la tasa
de PO4 es muy baja, o bien la tasa NO3 es muy alta. La forma de solucionarlo es
mediante un buen cambio de agua y control de la cantidad de NO3 después del
mismo. Si el valor de NO3 está en torno a los 10mg/ litro, entonces nuestro
problema es la falta de PO4. Si nuestro valor está por encima de 20-25mg/litro,
entonces tenemos que seguir bajando la tasa con más cambios de agua. Una vez
establecido el equilibrio, poco a poco las algas desaparecerán y no se
generarán nuevos crecimientos.
En el caso de
aparezcan algas filamentosas,
significa, generalmente, lo contrario del caso anterior, Que la tasa de PO4 es
demasiado elevada con respecto a la de NO3. Esto, como en el caso anterior puede
ser debido a que tenemos demasiados PO4, por encima de 1 -1.5mg/ litro, o que
la tasa de NO3 es muy baja. La solución es similar a la anterior, un buen
cambio de agua y controlar los valores de PO4. Si estos están en torno al mg/
litro y los NO3 en torno a los 10mg/ litro entonces es que estamos en el buen
camino. En caso de menos PO4 lo añadiremos y en el caso de poco NO3 haremos lo
mismo. Este extra lo podemos introducir en forma de nitrato potásico (KNO3) o
fosfato potásico (K3PO4) y aprovechar
que tras el cambio de agua hemos de introducir el K. Con este equilibrio construido, lo normal es
que las algas se solucionen poco a poco. Si no fuese así, y siguiesen
aumentando, hemos de olvidarnos del test y aumentar la dosis de NO3, pues
seguramente existan trazas de PO4 orgánico, no identificables por el test, pero
si asimilables por las algas. Este incremento del valor total de NO3 tratará de
equilibrar el medio e inducirá al consumo de dichos PO4, por lo que acto
seguido a este episodio no es de extrañar otro de algas punto si no vamos
reduciendo la cantidad de NO3 introducido.
Generalmente
estas son las Algas que suelen aparecer de manera habitual en los primeros
estadios. Más adelante tendremos que pegarnos con algas rojas, cianobacterias,
clorellas,…etc. Y dependiendo del caso optaremos por uno u otro tratamiento,
pero como norma general, la mejor solución suele ser cambiar mucho agua, en
torno al 70% del tanque durante varios días consecutivos, con el fin de
resetear la columna de agua y limpiar las posibles precipitaciones en el
sustrato. Nosotros con cada cambio de agua introduciremos cantidades conocidas
de cada elemento, obligando a reaccionar al medio, limpiándose de sus excesos
con cada nuevo cambio de agua.
En
resumen el abonado es seguramente el mayor quebradero de cabeza de cuantos
podemos encontrarnos, pues trata de aquello que todos buscamos en un acuario,
EL EQUILIBRIO. Da igual si nuestro acuario tiene 10, 100 o 1000 plantas, si son
“fáciles” o “difíciles”, al final existe
una combinación de estas tres partes que hace que podamos llegar a un equilibrio.
A veces es una cuestión química, otra de exceso de luz, otra de falta de CO2, o
de varias al tiempo, pero lo seguro es que entre ellas tres hallaremos la
solución. Pero ¿qué pasa si a nuestro kit básico le sumamos otro fluorescente
de 15w? Nada, no pasa nada, no cambia nada. La diferencia abonando cualquier
tipo de acuario está en las cantidades. Un acuario Low tech, con pequeñas dosis
de Fe y algo de NO3 y PO4 si tenemos poco pez se mantendrá perfecto mucho
tiempo, si el acuario tiene una buena población es posible que no tengamos que
añadir nada y que con solo cambios de agua podamos mantener el equilibrio. Si aumentamos
la cantidad de luz, lo único que va a pasar es que ese consumo aumentara y las
dosis que deberemos de añadir subirán. Si así todo seguimos subiendo la luz…,
pues mas nutrientes, hasta un punto en que ya no hay fuente de C y
necesitaremos introducir CO2… y seguiremos aumentando luz y nutrientes.
¿Qué intento explicar con
esto? El abonado es el abonado, es exactamente igual dentro de un acuario sea
Low, High tech o cualquiera de los puntos intermedios entre ellos, las normas
que lo rigen son iguales, solo cambian las cantidades y el tiempo. La dificultad
para comprenderlo es la misma, solo que en los acuarios High todo transcurre
más rápido, para bien y para mal, por eso es necesario manejar bien estos
conceptos y poder atenderlos con rapidez. Los acuarios Low son más “perezosos”
y tardan más en mostrar sus carencias, lo hacen de manera más lenta y eso
permite, si entiendes el proceso, corregirlos en sus primeras fases, no
llegando a producirse explosiones de algas indeseadas.